1. Vengo ante ti, mi Señor
reconociendo mi culpa.
Con la fe puesta en tu amor,
que Tú me das como a un hijo.
Te abro mi corazón
y te ofrezco mi miseria.
Despojado de mis cosas,
quiero llenarme de Ti.
QUE TU ESPÍRITU SEÑOR,
ABRASE TODO MI SER.
HAZME DÓCIL A TU VOZ
TRANSFORMA MI VIDA ENTERA. (bis)
2. Puesto en tus manos, Señor,
siento que soy pobre y débil,
mas Tú me quieres así,
yo te bendigo y te alabo.
Padre, en mi debilidad,
Tú me das la fortaleza.
Amas al hombre sencillo,
le das tu paz y perdón.