Febrero: El Vicario Capitular vela por la buena administración de su Diócesis y defiende a sus sacerdotes.
En Merléac, parroquia rural muy grande, subsiste una antigua costumbre contraria a la Reglamentación de la Diócesis que el Vicario Capitular desea abolir: los sacerdotes tienen la costumbre de ir a buscar los cuerpos de los difuntos a los lugares donde han fallecido, a veces deben salir de víspera. Para los eclesiásticos, esta costumbre resulta ser muy fatigoso. El Vicario Capitular exige el respeto a la Reglamentación de Mgr. de Caffarelli que había derogado esta costumbre. (L855)
En Quillio, frente a la reincidencia en un comportamiento escandaloso de un párroco, el P. de la Mennais le prohíbe que lleve a cabo cualquier tipo de función eclesiástica dentro de la Diócesis y nombre de inmediato, un sustituto. (L857)
En Pordic y en Jugon, los sacerdotes se niegan a dar sepultura religiosa a dos personas que se han suicidado y que hasta sus últimos momentos, han manifestado públicamete su oposición a la religión católica. Sus parientes y amigos vociferan contra “este escándalo” y acuden a las Autoridades Civiles. El P. de la Mennais tiene que escribir, por dos veces, al Ministro de Interior para justificar la conducta de sus pastores. (L871).