TE OFRECEMOS SEÑOR
ESTE PAN Y ESTE VINO
QUE EN TU CUERPO Y TU SANGRE
QUEDARÁN CONVERTIDOS
Con el vino y el pan
te ofrecemos el fruto de nuestro trabajo,
la ilusión de vivir, el placer y el dolor,
la alegría y el llanto.
Juntamente, Señor, te ofrecemos
la vida que tú nos has dado,
la esperanza, la fe y el amor
que nos hace sentirnos hermanos.