1. Siglo tras siglo hay un clamor;
es la inquietud del corazón.
Quiere sentir fraternidad.
Quiere vivir la libertad.
Señor, el Reino me empujó
a construirlo aquí y por ti,
pero me siento pecador
y en la impotencia te diré:
2. Tú nos hablaste de un lugar,
donde el más débil puede hablar,
donde es mirado con amor.
Pues Dios es Padre y lo hace ver.
Jesús, denuncias mi actitud,
como un burgués te rechacé,
en mis hermanos no te vi;
ábreme pronto el corazón.
3. Venga tu Reino sobre mí.
Quiero olvidarme de mi yo.
Gastar mi vida como Tú,
y, solitario, compartir.
Que lo que digo entre en mí
y que se encarne y me haga andar.
Que dé energía a mi voz
y que ese grito se haga oír.
VENGA TU REINO. VENGA TU REINO.
VENGA TU REINO, SEÑOR, SEÑOR. (2)