1. En el mar he oído hoy Señor
tu voz que me llamó y me pidió,
que me entregara a mis hermanos.
Esa voz me transformó,
mi vida entera ya cambió
y sólo pienso ahora, Señor,
en repetirte.
PADRE NUESTRO, EN TI CREEMOS
PADRE NUESTRO, TE OFRECEMOS,
PADRE NUESTRO, NUESTRAS MANOS
DE HERMANOS. (bis)
2. Cuando vaya a otros lugares,
tendré yo que abandonar a mi familia,
a mis amigos por seguirte.
Pero sé que así algún día,
podré enseñar tu verdad,
a mi hermano y junto a él,
yo repetirte.