MADRE DE LOS POBRES,
LOS HUMILDES Y SENCILLOS,
DE LOS TRISTES Y LOS NIÑOS,
QUE CONFÍAN SIEMPRE EN DIOS.
1. Tú la más pobre porque nada ambicionaste.
Tú, perseguida, vas huyendo de Belén.
Tú que en un pesebre ofreciste al rey del cielo.
Toda tu riqueza fue tenerle sólo a Él.
2. Tú que en sus manos sin temor te abandonaste.
Tú que aceptaste ser la esclava del Señor,
vas entonando un poema de alegría:
Canta, alma mía, porque Dios me engrandeció